martes, 29 de mayo de 2012

16.05 El criterio de lo político

Sesión 29
Texto revisado: C. Schmitt, El concepto de lo político, Prefacio y capítulos 1 al 3

Bitácora versión de Julio César Garrido

La clase del 16 de mayo comenzó con la siguiente acotación por parte del profesor:
Carl Schmitt parte de criterios para distinguir lo político de otras asociaciones como la religiosa, la ética, la estética, la económica, etc. Es decir, primero establece una distinción con base en criterios. Aunque, en este primer momento, todavía no le ha dado contenido a esos criterios, sino simplemente los ha separado.

El criterio de lo político es ser amigo o enemigo. La unidad política necesita prácticas, para precisamente diferenciar los amigos de los enemigos, por lo tanto se requiere una manifestación práctica y no sólo teórica.

Nuestro autor todo el tiempo está pensando en el Estado como la máxima unidad política, porque el Estado es un conjunto de personas capaces de combatir e imponer sobre otros su punto de vista.

Los temas de la clase fueron los siguientes:

1.- El planteamiento del problema del Estado en relación con lo político

Schmitt comienza distinguiendo el concepto tradicional de Estado, en el que el Estado era solamente lo político, distinguiéndose de lo social, lo económico, lo cultural, lo moral, etc.

En el siglo XIX lo político crea a la policía, bajo la premisa de “paz, seguridad y orden”. La policía se convierte en el instrumento adecuado del Estado para afianzar y distinguir lo político.

Schmitt critica que los elementos tradicionales que conforman al Estado (territorio, población y gobierno) se consideren como si estuvieren dados desde siempre y no se tome en cuenta que no es así, sino que fueron el resultado de decisiones políticas. Por eso para nuestro autor, es falso decir que el Estado es igual a lo político, máxime que hoy lo social tiene una enorme incidencia.

2.- La definición de lo político

Se necesita un criterio autónomo para saber qué es lo político y para distinguirlo de otros aspectos como lo estético, ético, etc. Por ello, se requiere un criterio intersubjetivo de qué es y qué no es lo político.

El criterio de lo político es ser amigo o enemigo, porque el conjunto al que pertenecemos y que nos diferencia, debe ser capaz de defenderse de otros, incluso con las armas. Por lo tanto, el enemigo privado o particular no es político, porque para ser político requiere ser un enemigo público, debido a que se necesita que ese odio sea común o compartido por la comunidad a la que se pertenece.

Lo político consiste en la arbitrariedad, por eso cualquier otra fuerza (religiosa, económica, estética, etc.) es susceptible de ser política, pero ninguna es el fin de lo político. En otras palabras, cualquier tipo de justificación puede convertirse en política, si la comunidad arbitrariamente así lo acuerda.

3.- La guerra como mostración política

La guerra es la mostración de la política, aunque no es el fin de la política. La guerra muestra las fuerzas de cada unidad política y así se decide todo: por ejemplo, así se establecen los límites territoriales de cada Estado. Consecuentemente, no existen decisiones dadas, sino que todas las decisiones son políticas y por lo tanto arbitrarias.

Por eso el autor concluye que en la política no existe la neutralidad, porque no tomar partido, es tomar partido por no tomar partido. La neutralidad es contradictoria en sí misma. Es decir, la neutralidad no existe, porque no pronunciarse, es avalar las cosas existentes y por lo tanto apoyar el statu quo. Querer eliminar la diferencia política o la distinción entre amigos y enemigos, implicaría un mundo apolítico y por lo tanto inhumano, debido a que es imposible acabar con las diferencias.

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