domingo, 5 de febrero de 2012

03.02 «Y seréis como dioses»

Bitácora de la 2a. sesión
Textos revisados: Génesis 1-11; Safranski, capítulo 1 de El mal, o el drama de la libertad

Versión de Guadalupe Estefanía Arenas

La clase del día 3 de febrero comenzó con la sesión de preguntas. Hago aquí mención de las más importantes y de la respuesta para cada una de ellas.

Surgió la duda de por qué en cierta parte del texto que se leyó de la Biblia, se utiliza el “nosotros”. El profesor explicó que se debe a un término mayestático, es decir, hablar en la primera persona del plural, sustituyendo a la forma más usada que es la primera persona del singular.

Por otra parte, surgió la incógnita de por qué Safranski en El mal  hace referencia al olvido como medio para sobrellevar el origen. La explicación es que el autor en el citado texto proporciona una visión trágica sobre los griegos, según los planteamientos de Nietzsche, que consistían en afirmar que el hombre tenía el don del olvido gracias al cual puede continuar su vida, incluso cuando ha descubierto la «verdad» de que su existencia no tiene un sentido dado desde el inicio de los tiempos.

Una pregunta importante fue la siguiente: “¿El mal entró por mediación de Dios?” La respuesta es sí y, por tanto, el mal se originó cuando le prohibió al hombre comer del árbol del bien y el mal. Sin embargo, en el Génesis aún no se especifica el concepto de pecado original, el cual fue explicado posteriormente por San Agustín de Hipona. Dicho pecado original –de acuerdo a nuestro tema de estudio– se originó al irse interiorizando la mirada del otro, que en un principio era solamente externa.

Después de esto, ¿qué es la libertad? En la clase se dio una respuesta y se dijo que es la capacidad de decisión entre el bien y el mal. De esta manera, la libertad de los otros es un riesgo. El contrato social surgió para restringir la libertad de los otros.

Por último, el profesor preguntó: “¿el hombre es capaz de dirigirse a sí mismo o requiere por necesidad de la referencia a Dios?” Para esto, se explicó que cuando el hombre se dirige a sí mismo, niega a Dios y así logra su perdición y/o degeneración, dando lugar a la soberbia.

En el desarrollo de la clase se trataron los siguientes puntos:

Interpretación del mito

El lugar común es afirmar que las narraciones míticas son falsas, sin relevancia histórica y no tienen ningún sustento científico. Sin embargo, los textos deben pensarse desde el contexto de su creación, es decir, respecto de la manera en que el texto representa una justificación. ¿En qué sentido, pues, para algunas personas estos textos han tenido coherencia para explicar la existencia de las cosas? De modo que el mito no sólo es una ficción, sino que, por una parte, cumple la función de dar sentido a la existencia, a todo lo que sucede y trata de someter todo fenómeno, y por otra, es un avance racional sobre las cosas, esto es, puede decirse que representa un paso hacia la civilización.

Casi todas las cosmogonías comienzan estableciendo un estado de caos y después de eso viene el orden. El origen, al ser violencia y aniquilación, debe ser controlado.

Ejemplo de esto es la mitología griega, en donde se da una explicación sobre el origen del universo y de los dioses. Por ejemplo, se sabe que Urano vivía en el estado de caos y sometimiento. Urano da paso a Cronos, quien a su vez es vencido por Zeus y se establece por fin la civilización olímpica. También en esta mitología se señala que existen tres edades: la de oro (donde todo era concordia y no había sacrificios), la de plata (donde los dioses asesinan a los hombre por no ofrecer sacrificios) y la de bronce (donde se mataron entre sí los hombres).

La gran tentación

El paso del caos al cosmos es el modo en que comienza el Génesis. Se hace referencia de que antes de la creación no había nada y Dios es el que impone un orden.

El Génesis dice que Dios creó al hombre a su imagen y semejanza. Dicha semejanza la encontramos por el dominio frente a los demás seres, pues Dios le otorga al hombre la facultad de nombrarles y así poder someterlos.

Hans Baldung Grien, Adán y Eva (1531)
En el paraíso no había que trabajar ni realizar sacrificios, porque el hombre allí lo tenía todo. Hegel, para referirse al paraíso, lo nombra como un “jardín para animales” porque no había conciencia la cual surgió tras la prohibición de Dios hacia el hombre.

Dicha prohibición sobre no comer del fruto del árbol del bien y el mal, supone que tanto Adán como Eva ya debían tener un conocimiento previo sobre lo que estaba bien y lo que estaba mal. Esto se transforma aquí en una paradoja. De esta manera, la prohibición significa también el inicio de la historia del hombre, al rebelarse contra su creador.

La gran tentación está representada cuando la serpiente habla con Eva y le dice que si toma del árbol del bien y el mal ella y su marido “podrían ser como Dios” (Gén 3,4). Lo que trata de explicar el redactor es que la búsqueda de la trascendencia y del conocimiento del bien y el mal significa traspasar los límites de lo que se nos está permitido, es decir, el hombre quiere saberlo todo pero no puede.

Una vez que Adán y Eva comen del fruto prohibido, descubren su desnudez, se cubren y se esconden para que Dios no pueda verlos –es decir, desean recuperar la invisibilidad previa– pero finalmente, Dios se da cuenta, maldiciéndolos con lo siguiente:

  • Maldijo a la serpiente, condenándola a arrastrarse y a comer del polvo de la tierra. Podemos encontrar imágenes donde la serpiente es sometida como en el dragón de San Jorge o en la Virgen de Guadalupe.
  • Maldijo a la mujer con la menstruación, los dolores del parto, y el sometimiento que ejerce su marido sobre ella.
  • Adán y Eva fueron condenados a trabajar y conseguir de esta forma su propio alimento.

Injusticias humanas y divinas

Adán y Eva tuvieron hijos. Uno fue Caín, que era agricultor y el otro, Abel, que era pastor. Ambos ofrecieron sacrificios a Dios, pero sólo le eran gratos los de Abel. Dios, entonces, niega a Caín y Caín niega a Abel, matándolo.

Lo que hace Caín es repetir la injusticia divina en el espacio humano. Después del asesinato, no hay culpa ni remordimiento, sin embargo, Dios maldijo a Caín, condenándolo a errar por el mundo.

Cómo Dios se convierte de fundamentalista en realista

En la historia de Noé, hay un nuevo pacto entre Dios y el hombre para disminuir las diferencias, sin embargo, con Noé reincide la tentación cuando Cam, su hijo, lo encuentra embriagado, tirado en el suelo y desnudo. Cam corre a contárselo a sus hermanos. La mirada del otro, a partir de este hecho, se va interiorizando y se hace indeseable. Además, el deseo humano por conocerlo todo se halla en la figura de Cam.

Posterior a Noé, se construyó la torre de Babel, que es un acto de soberbia, ya que el hombre, a partir de ella, se quiso hacer famoso. Por esto, Dios los maldice, dividiéndolos, haciendo múltiples lenguas y pueblos.



[Añadido 12.02.12]

Versión de Kevin Aguilera

La clase de la segunda sesión empezó, como ya es costumbre, con una serie de preguntas que surgieron de algunos de los compañeros sobre ambos textos, dentro de las cuales destacan:
  •  ¿Por qué Dios habla en plural, de un nosotros? ¿Quiere decir que hay más de un Dios?  Está siendo mayestático, es decir hablar en primera persona del plural, en lugar de la primera persona del singular.
  • ¿Por qué reacciona negativamente Noé al hecho de que su hijo Cam lo viera desnudo? Su desnudez es pecaminosa, no por sí misma sino por la mirada del otro y las tentaciones.
  • ¿El mal entra por mediación de Dios? Sí, en la prohibición al decirle al hombre que puede comer de todos los frutos menos de uno, ya supone que tiene la capacidad de discernir entre el bien y el mal, pero teológicamente todavía no puede hacer esa diferenciación. La culpa interiorizada todavía no se da, es de orden externo. Cuando San Agustín de Hipona introduce el pecado original es cuando se interioriza la mirada del otro.
Después el profesor hizo la pregunta al grupo de ¿Qué es la libertad?, dando como respuesta que es la capacidad de discernir entre el bien y el mal. La libertad de otros es un riesgo para mí en la medida en que es ejercida sobre mí, por ende hay que restringir la libertad de todos.

También preguntó si el hombre es en verdad un ser capaz de dirigirse a sí mismo sin la ayuda de la religión; contestando que dirigirse a sí mismo es negar la divinidad, causa de su propia degeneración, es un acto de soberbia.

Después de la ronda de preguntas comenzó propiamente la clase con la pregunta ¿Qué significa interpretar un mito? La postura clásica que se toma es que los mitos son mentiras, cuentos sin sentido; sin embargo, dicha idea es falsa, puesto que los mitos responden a su contexto, le dan sentido a las cosas, a lo que sucede y hasta a la existencia misma, y el acto de buscar darle sentido a las cosas ya es un paso civilizatorio y una búsqueda de tener control sobre lo que sucede, es justificación. Todos los mitos sobre el origen del mundo hablan del desorden que dio paso al orden de los dioses. En la mitología griega, primero existió una raza de oro, donde no había sacrificios, y era una época caracterizada por la concordia entre los hombres, con la naturaleza y con los dioses. Después la raza de plata que fue aniquilada por los dioses al ver que no rendían sacrificios. La tercera raza era la de bronce, donde los hombres eran bestias que se mataban entre sí.

El segundo punto que abordamos en la clase fue el de La gran tentación. A diferencia de la narración del Génesis, en el evangelio de San Juan, Dios no fue el que creó los cielos y la tierra sino el verbo (lógos). Lo que se busca en ambos es el dar un orden donde no había tal. Se reduce la angustia frente al exterior. El profesor dijo que Dios hizo, de entre todos los seres que creó, a uno a su imagen y semejanza, al que le dio ciertas facultades, responsabilidades, el dominio sobre otros seres. Así como el Creador dio nombre a las cosas que creaba, le dio el poder análogo al hombre de nombrar a los otros seres (incluso a la mujer) y someterlos.

La edad de oro de los mitos, se corresponde con la época de Adán y Eva en el Edén, pues es una época donde no se trabajaba, no había necesidad de hacer sacrificios a dios (o los dioses), o a otros hombres porque lo tenían todo, todavía no hay conciencia ya que esta viene con la transgresión. Es necesario conocer previamente lo que está bien y lo que está mal para saber de cual fruto de árbol pueden o no comer, lo cual es paradójico, y el hecho de que se atrevieran a comer tal fruto es un acto de rebelión contra Dios. La sierpe le presenta la gran tentación, la búsqueda de la trascendencia, no morir, y del bien y del mal, traspasar los límites de lo que nos es dado, saberlo todo. A partir de aquí es cuando el hombre comienza a tomar conciencia y descubre su desnudez, comienzan las desventuras de la humanidad.

Después vimos como el acto de Adán y Eva de querer esconderse implica que quieren regresar a la invisibilidad, a la inocencia, y el perderla acarrea tres maldiciones:
  1. Que las sierpes se arrastren y muerdan el polvo, por tentar a la obra cumbre de Dios a ir en contra de su ley.
  2. Maldición contra mujer. Ya que matarla sería aceptar que fracasó, su castigo es la menstruación y el parir con dolor.
  3. Maldición contra el hombre. Deberá trabajar.
El tercer punto de la clase fue el de la injusticia humana y la injusticia divina. Con la expulsión del Edén todavía no es evidente la injusticia divina, sino cuando los hijos de Adán y Eva, Caín y Abel ofrecen primicias a Dios, este último sólo ve con agrado a Abel, es la injusticia divina sobre el ser humano, y tal como niega a Caín, este niega a Abel, repite la injusticia. Con la matanza de su hermano todavía no hay culpa, sólo preocupación por uno mismo, su posible castigo, no existe esa interiorización del otro.

El último tema a tratar fue el cómo Dios se convirtió del fundamentalismo al realismo. Cuando Cam ve a su padre desnudo, es cuando se interioriza la mirada del otro a tal grado de que ya no la soporta y se vuelve indeseable, por eso Noé reacciona de esa manera. El último ejemplo de soberbia es el querer construir la torre de Babel, con la cual se harían famosos hasta la eternidad, así que Dios decide dividirlos en varias lenguas y pueblos, lo cual es una maldición, la soberbia ha sido el motor de la historia.



[Añadido 28.05.12]

Versión de Anaid Mora

En esta primera sesión del semestre analizamos dos textos: El Génesis de la Biblia (en la versión «de Jerusalén»), mejor conocida como Viejo testamento y el primer capítulo de El mal o el drama de la libertad de Rüdiger Safranski. En clase el profesor desarrolló cuatro puntos:

1) Interpretación del mito
2) La gran tentación del génesis
3) Injusticias humanas y divinas
4) Dios pasa de ser fundamentalista a ser realista.

1) Interpretación del mito

Las formas míticas son tradicionalmente mentiras en estado puro. La narración imaginaria y sin sentido no tiene relevancia. Se consideran una necedad. Sin embargo, hay que pensar los textos en su contexto, y los mitos se pueden pensar como una justificación. Es decir, el hombre los utiliza para darle sentido y coherencia a su manera de ver la vida. Por lo tanto, el mito es el primer paso para la civilización, pues darle sentido a lo que sucede es buscar el control a eso que sucede, una subordinación al mundo, y por eso el mito da paso a la razón.

2) La gran tentación

Haciendo un análisis del Génesis en la Biblia y del mito de la creación del mundo de los griegos, se puede observar que en ambas historias todo empieza en un caos y este termina cuando aparece una divinidad que controla dicho caos.

Por ejemplo, en el mito griego de la creación del mundo el primer personaje que se comporta de manera salvaje es Urano, quien intenta regresar a sus propios hijos al cuerpo de su madre (Gea, la tierra, quien también es madre de Urano). Es por eso que Cronos, hijo de Urano, toma venganza. Después el mismo Cronos se comporta irracionalmente al comerse a sus hijos, pues había escuchado de su padre la predicción de que él sería derrotado por uno de sus hijos. Después de esto Zeus, que es el único hijo de Cronos que se salva de ser devorado pues es escondido en una gruta por su madre, también toma venganza y lucha contra su padre y le exige que escupa a sus hermanos. Luego, Zeus toma el poder. Este mito también menciona la existencia de tres primeras generaciones de seres humanos que fracasaron:

1. La generación de oro. Esta generación vivió entre los dioses armoniosamente y no hubo necesidad de que realizaran sacrificios.
2. La generación de plata. Estos seres humanos se niegan a realizar sacrificios a Zeus y por eso los aniquila.
3. La generación de bronce. Esta generación fue tan salvaje y guerrera que se mataron entre ellos.

En esta parte del mito se puede ver cómo se crea una «falsa memoria», es decir, se cree siempre que el pasado fue mejor de lo que es el presente. Es por eso que se representa a la primera generación como la de oro, pues ellos vivieron sin problema alguno, incluso tuvieron el privilegio de mezclarse entre los dioses.

En el caso del Génesis, hay un ser todo poderoso y privilegiado que crea todo lo que habita en la Tierra Al hombre le otorga el poder máximo sobre los seres. Una prueba de esto es que ese ser todopoderoso llamado Yahveh le da el poder al hombre de ponerle nombre a todos los seres vivos que habitan la tierra, para de ese modo someterlos. En el Jardín del Edén, el hombre y la mujer (que para ese entonces ya había sido creada también para servicio del hombre) conservaban este dominio sobre los demás seres. También gozaban de otros privilegios como el no tener la necesidad de trabajar, puesto que en el Edén tenían todo. Por lo tanto tampoco había necesidad de ofrecer sacrificios de ningún orden.

La conciencia aparece con la prohibición y con la prohibición aparece la tentación. La historia de la humanidad inicia con esta rebelión contra Dios, pues este les ha prohibido al hombre y a la mujer comer el fruto de cierto árbol que los haría vivir por siempre y «ser como dioses». Pero Adán y Eva rompen esta regla, pues esta prohibición lleva a querer saberlo todo y ser como dioses, y con este conocimiento poder dirigir su vida, aunque eso implica que se den cuenta de la mirada de los demás, o sea, que aparece el pudor porque dejan de ser invisibles para el otro. Pero este gran error es cometido por la curiosidad que implementa la serpiente en la mujer. Es por eso que cuando Yahveh se da cuenta que han violentado la única regla que les puso los castiga a los tres de diferentes formas:

- A la mujer la maldice haciéndola parir con dolor. En su infinita misericordia, no la mata, pero le hace pagar su afrenta en “mensualidades” (menstruación).
- Al hombre lo maldice haciéndolo trabajar para poder alimentarse él y para poder alimentar a su familia.
- A la serpiente la castiga haciéndola que se arrastre para poder moverse, pues el arrastrarse es la acción más vil de la tierra.

Gracias a esto podemos decir que las maldiciones vienen de una actitud propia del hombre pues, la insatisfacción provoca una tentación que lleva a la soberbia, o sea, al afán de conocer todo lo que le rodea.

3) Injusticias humanas y divinas

Del matrimonio entre Adán y Eva nacen Caín y Abel. Caín se dedica a la agricultura mientras que Abel se dedica al pastoreo. Ambos se esfuerzan en su trabajo, pero cuando tienen sus primeras producciones las ofrendan a Dios quien desprecia lo que le ofrece Caín por considerarlo menos y acepta, en cambio, lo que le ofrece Abel. Por tal motivo, Caín se enoja y mata a su hermano por no haber obtenido el reconocimiento de Dios y este lo castiga haciéndolo vivir por siempre y vagando por el mundo, sin establecerse y sin tener un rumbo. Con la reacción de Caín al ver que su trabajo fue en vano queda a flote un aspecto importante: El mostrarse superior evitará el ser dominado.

4) Dios pasa de ser fundamentalista a ser realista

Este apartado se analizó a partir de la historia del Arca de Noé y la Torre de Babel, que también se encuentran en el Génesis. En el Arca de Noé se deja ver un nuevo pacto entre Dios y su creación. Es por eso que Dios elige al mejor hombre para que con él empiece una generación de humanos diferente, que esté lejos del pecado.
Cuando la mirada del otro comienza a interiorizarse más, hace que me sea desagradable. En el caso de la Torre de Babel, Dios ve como un acto de soberbia la construcción de dicha torre. Por eso los maldice con la multiplicidad. La soberbia es la culpable de los males del hombre, pues este siempre está buscando reconocer sus propios límites.

10 comentarios:

  1. Respecto del «nosotros» en Gn 1,26 («Hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra»), comentan los editores de la Biblia de Jerusalén (Revisada y aumentada, Bilbao, Desclée De Brouwer, 1998):

    «Probablemente el fenómeno que subyace a nuestro texto, aun cuando raro en hebreo, es el del "plural deliberativo": cuando Dios, como en 11,7, o cualquier otra persona, habla consigo mismo, la gramática hebrea parece aconsejar el empleo del plural. El griego [...] ha entendido este texto como una deliberación de Dios con su corte celestial, los ángeles. Y este plural acabó siendo una puerta abierta a la interpretación de los Padres de la Iglesia, que vieron insinuado aquí el misterio de la Trinidad.»

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  2. ¿Entonces es por la misma razón que en algunas traducciones aparece "y seréis como dioses" (Gén 3,4)? Es decir, dice "dioses" en lugar de "Dios". En mi caso, consulté la Biblia con la traducción de Nácar-Colunga (directa de los textos originales) y aparece "y serán como Dios". Sé que esto ya se explicó un poco en la clase, pero no me ha quedado muy claro. ¿Será entonces sólo cuestión de la traducción o se emplea también el "plural deliberativo"?

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    1. A condición de que algún conocedor de la lengua hebrea esclarezca con precisión el asunto lingüístico y disipe nuestra ignorancia, es probable que el original se encuentre en plural. En la Vulgata Clementina dice «et eritis sicut dii». La septuaginta que pude apresuradamente consultar en línea dice «esesthe os theoi». Ambas versiones establecen, pues, el plural. También en la traducción de la Biblia de Jerusalén encontramos una larga nota donde parece restarle importancia al asunto de si es singular o plural. En alguna medida concuerdo con esta postura, ya que la «gran tentación» es compararse con Dios, esto es, que ellos lleguen a ser (o más bien pretendan ser) «dioses».

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  3. Las formas míticas son como mentiras en estado puro,estas no tiene sustento científico ni relevancia, por lo que las ideas que aparecen en el Génesis no son validas desde el sentido positivista.Aunque es importante mencionar que el mito nos sirve para justificar porque ahora somos como somos.

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    1. Desde cierta perspectiva, en efecto, los mitos son narraciones sin fundamento acerca de la historia, el hombre o la vida. Pero, al mismo tiempo, esas narraciones hay que pensarlas como un intento de dar sentido a lo que un grupo humano observa. Más que «justificar», el mito buscar ofrecer una explicación de por qué ciertas cosas son como son.

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  4. ESTOY DE ACUERDO CON ESTO ÚLTIMO, AUNQUE ME SURGIÓ UNA IDEA CON RESPECTO A LA CLASE. CIERTAMENTE LOS MITOS OFRECEN UNA EXPLICACIÓN AL ESTADO DE LAS COSAS, PERO ESTE MISMO HECHO PUEDE SER TOMADO COMO PODER, ES DECIR, SI A TRAVÉS DE ESTE TIPO DE NARRACIONES ES POSIBLE EXPLICAR LA DESGRACIA DE ALGUNOS PUEBLOS, AL SER RELACIONADO CON LO DIVINO (HABLANDO CONCRETAMENTE CON LA DIVINIDAD JUDEO-CRISTINA)EQUIVALDRÍA A DECIR QUE LAS COSAS SON ASÍ POR DECISIÓN DE DIOS Y POR TANTO NO CAMBIARÍAN.

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    1. Claro: discurso es poder, pero en el sentido de que la narración mítica «explica» la desgracia (o la buena fortuna), como bien dices. De ahí a interpretar que «no cambiarán» hay un paso que no es evidente (Marx dixit). Podemos afirmar (y es común escuchar esto), por el contrario, que los «designios de Dios» son inescrutables cuando «la situación» cambia. En suma, el mito justifica siempre a posteriori (aun cuando sea al mismo tiempo una guía de acción), mientras que tú pareces exigir un programa revolucionario-racional, donde no sean el modela las experiencias de lo-que-ha-sido, sino de lo-que-puede-ser, como proyecto de las mejores capacidades del ser humano.

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  5. Estuve divagando sobre "la mirada del otro" en las sociedades antigüas o tradicionalistas y pienso que no es tan presencial o exterior, sino que hasta cierto punto también es interior; porque los signos distintivos que se usaban, son debido a que interiormente se sabe que son para distinguirse o destacar ante los otros, por lo tanto "la mirada del otro" ya está presente desde antes. Es decir, aunque "la mirada del otro" sea sólo presencial o exterior, esto presupone la interiorización de "la mirada del otro" para actuar de determinada manera. En fin, espero haberme explicado.

    Por otro lado, considero que en la bitácora hizo falta resaltar "la mirada del otro" (Dios) de forma externa o presencial. Debido a que Adán y Eva se ocultan por vergüenza, cuando Dios presencialmente los estaba buscando; Caín y Abel,personalmente, ofrecen tributos a Dios, para quedar bien con él y; Noé siente vergüenza que sus hijos lo hayan visto desnudo, aunque éste último no me quedó tan claro.

    Finalmente, cuando se habló sobre la interpretación de los mitos, me confundí un poco, en específico cuando se dijo que los mitos se deben pensar desde el contexto de su creación, porque lo único que podemos hacer, es una interpretación posible del significado de ese mito. Es decir, ¿Cómo podemos saber que un determinado mito tiene un determinado significado y no otro, si no sabemos lo que quiso decir su autor con ese mito? Lo anterior, debido a que considero que hizo falta mencionar que existen relaciones de poder que intervienen en la difusión, divulgación, consolidación y mantenimiento de un determinado mito. En otras palabras ¿por qué el mito Adánico es el hegemónico y no otro mito?

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    1. Estoy de acuerdo en que la distinción entre «interior» y «exterior» es problemática justo por las razones que expones: ya hay una suerte de «interiorización» del otro (sc. de su mirada sobre mí) y por ello actúo de una manera y no de otra. Considero, en cambio, útil la distinción al menos para destacar que ese «otro en mí» (por llamar así esa «mirada del otro» es, al principio ajeno a mí: por ello me puedo esconder (o cuando menos lo intento) de su presencia. Más tarde ya no podré evitar a ese «otro en mí».

      Respecto de la interpretación de los mitos, no se trata de averiguar el «sentido» del autor, al menos no como podríamos investigar lo que quiso decir un escritor o un artista en nuestra época. Ahora creemos que hay un deseo de «expresión» y, por ende, buscamos lo que el creador deseaba transmitir (o algo así). Sin embargo, la perspectiva del análisis que seguí era distinta: si bien hablé de la necesidad de revisar el «contexto», debí aclarar que esto demanda un enorme esfuerzo de la imaginación, pues hay que «colocarse» en las sandalias de hombres que empiezan la gesta civilizatoria. Por supuesto, existen esas relaciones de dominación que intervienen en el establecimiento de uno y no de otro mito. Resulta pertinente preguntarse sobre qué otras narraciones se impuso la adánica, esto es, qué formas de poder permitió justificar.

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    2. En lo que se refiere a la "vergüenza" que sintieron Adán y Eva, lo cual los llevó a ocultarse de Dios se destaca, pues, por dos cosas: la primera es que se esconden de Dios no porque les de pena que sean vistos desnudos, sino porque desobedecieron y temen ser castigados. En segundo lugar, la figura que se nos presenta en la Biblia sobre la desnudez de Adán y Eva representa el momento en el cual se hacen conocedores del bien y el mal (al menos esto es lo que logro comprender), aunque como se vio en clase y en la lectura de Safranski, desde el momento de la prohibición se entiende que el hombre ya pudo ser capaz de distinguir entre el bien y el mal, sin embargo, en la narración de la tentación puede encontrarse que,en efecto, sí sienten vergüenza por su desnudez, pero sobre todo,la mirada del otro (Dios) se interioriza en ellos, además de que temen que su error tenga consecuencias (y posteriormente las tendrá con la expulsión del paraíso) por lo que la acción de desobediencia es considerada como soberbia. Esto es, puede entenderse que la soberbia (al menos en este caso del Génesis) fue motor que llevó a la desgracia humana y fue el motor que llevó a los primeros hombres a "querer ser como Dios".

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